Hubo un tiempo feliz en que Jessica Fletcher iba de sarao en sarao resolviendo crímenes sin que ningún hombre le tosiera. Fue más o menos la misma época en que Laura Holt contrataba a Pierce Brosnam para poco más que le sostuviera el bolso en Remington Steele. Estas pioneras que, como la Dra. Quinn o Ally McBeal en otros géneros, de pronto demostraron al mundo que las mujeres podían protagonizar series sin tener poderes mágicos y llegar a espectros de audiencia más profitables, encontraron a sus dignas herederas en las Dana Skully, Veronica Mars, Lilly Rush, Sarah Linden, Catherine Willows o nuestra querida y añorada Laura Lebrel. Fueron años interesantes en lo televisivo, aunque su época no parece tener ningún apelativo de esos de «era dorada», como sí tiene la actual en la que, sin embargo, la presencia de la mujer se ha vuelto deficiente, en mi opinión.
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Da la impresión de que la inmensa mayoría de los procedimentales que se emiten en bucle en nuestras cadenas y en el resto del mundo están pensados para transmitir dos ideas fundamentales: ninguna chica se hace policía por vocación, y ninguna logra nada si no es con un hombre a su lado. ¿No se lo creen? Hagamos repaso.
Comenzando por el primer punto, es difícil encontrar una sola protagonista de policiaco televisivo que sea policía porque sí, porque es lo suyo, porque quiere. El motivo común responde habitualmente a un trauma del pasado, normalmente relacionado con los padres. Hija de policía asesinado sigue los pasos de su difunto para de alguna forma vengar su destino, o bien hija de madre asesinada se hace policía para encontrar a los culpables y saciar una sed de venganza reprimida durante mucho, mucho tiempo. Seguro que les vienen nombres a la cabeza. Traten de encontrar una excepción.[cre-animation animation=slide-in-from-right]
El segundo punto es, quizá, más sangrante que el primero. Especialmente porque se da la circunstancia de ellas suelen ser mil quinientos millones de veces más profesionales y estár mucho mejor preparadas que ellos, pero ellos se llevan el gato al agua y encima dan nombre a la serie. Piénsenlo. Temperance Brennam (Bones), a pesar de sus tres doctorados y de dominar nosecuantos tipo de artes marciales es una completa inútil en el cara a cara si no está a su lado el palurdo de Booth —se casó con él—; Teresa Lisbon (El Mentalista), a pesar de su entrenamiento y autoridad, quedaba sencillamente asombrada cuando Patrick Jane resolvía los casos gracias a sus malas artes de mentalista —se casó con él—; Katherine Beckett (Castle), a pesar de ser una detective profesional, inteligente y bien preparada, se queda en nada cuando él logra resolver los casos sencillamente porque es más listo, más simpático y más hombre —también se casó con él—.
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Hace una semana se filtraron por la red los pilotos de tres series previstas para la próxima temporada. Personalmente desconfío mucho de este tipo de filtraciones en HD, pues de entrada me parecen una fantástica estrategia de promoción así como un buen testing de la aceptación que podrán tener las ficciones. Las víctimas fueron tres procedimentales policiacos, dos de Fox, Lucifer y Minority Report, y uno de NBC Blindspot. En los tres hay pareja detectivesca y los tres se mueven, más o menos, en el mismo género. Ahora traten de adivinar el rol de cada personaje; traten de acertar si las mujeres policías tienen algún trauma en su pasado, e intenten aventurar si lograrían resolver sus casos si no tuvieran al lado a un hombre dotado de algún don especial.
Exacto.
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