El cómic se ha normalizado. De un tiempo a esta parte los universos en viñetas ya no están tan sólo vistos como algo que fuera tan sólo «cosas de niños».
Cada vez más obras han dado el salto desde el cómic a otros medios. Las bibliotecas habilitan secciones denominadas «comictecas» donde los tebeos se encuentran, lomo a lomo, con libros de investigación, divulgación o información que también los tienen como protagonistas. Las universidades abren sus puertas a congresos, charlas y actividades centradas en personajes, autores, colecciones, de cómic. Buena parte de esta normalización viene de la mano del cine.
El noveno arte y el séptimo están cada vez más relacionados. Los grandes estudios han encontrado en las viñetas un filón de historias que adaptar. De un medio a otro saltan personajes, conceptos e ideas… Es más, incluso directores de cine se pasan a hacer cómics —Darren Aronofsky, por ejemplo, firma el guión de Noé junto a Ari Handel, cómic en relación directa con su película homónima que en España publicó DeBolsillo tomando la edición original de Le Lombard como base— o guionistas de cómics se pasan a hacer cine —Frank Miller dirigió esa adaptación tan propia de la obra de su amigo Will Eisner que fue The Spirit—.
Casi cada mes adaptaciones de cómic llegan a las carteleras. Los especialistas llevan tiempo hablando ya de géneros o de subgéneros relacionados con las viñetas. Adaptaciones constantes, universos ficticios de los tebeos que se transforman en enormes proyectos cinematográficos…
Y es que el cómic tiene tirón en taquilla, atrae espectadores, llama la atención y crea expectativas. Por un lado, los lectores desean ver la traslación, más o menos fiel y digna, de sus personajes favoritos al celuloide —muchas veces son críticos feroces también, cuando el producto resultante no es de la calidad esperada—, por otro, los espectadores menos versados buscan un producto de entretenimiento y, en caso de gustarles la película que han visto, pueden acercarse a los cómics originales y leer más aventuras protagonizadas por esos personajes.
[Tweet «El cómic tiene tirón en taquilla, atrae espectadores, llama la atención y crea expectativas.»]
Con todo, en un conjunto como este, con tantos filones que explotar, con tantas editoriales creando series mensuales, con tantos personajes conocidos —y no tanto, porque miremos, por ejemplo, a Los Guardianes de la Galaxia, la última gran película de Marvel Studios, semi-desconocidos entre el público general y han desbaratado la taquilla de medio mundo este verano gracias a su humor y su carisma ochentero—, no es de extrañar que haya productos dignos y productos no tan dignos; películas indispensables y superfluas, casi a partes iguales.
Vaya por delante que la siguiente selección es personal, por tanto habrá lectores que compartan mi punto de vista y otros que echen en falta alguna película o a los que les sobre alguna otra.



Entre las principales películas basadas en cómics que todo aficionado debería ver se encuentran: Watchmen (Zack Snyder, 2009), por ser una traslación muy fiel de una de las obras cumbre del comic-book norteamericano, escrita con maestría por Alan Moore y dibujada con clase por Dave Gibbons; Iron Man (Jon Favreau, 2008), fue la película que inició la andadura actual de Marvel Studios, con ella se la jugaron y ganaron, Robert Downey Jr. borda su interpretación de Tony Stark y fue este filme de Favreau el que marcó el tono y los cimientos del Universo Marvel Cinematográfico; Los Vengadores (Joss Whedon, 2012), hasta el momento la película culmen de este tipo de producciones, fue un sueño hecho realidad para muchos fans poder ver a Thor, El Capitán América, Ojo de Halcón, Hulk, la Viuda Negra e Iron Man, juntos en el cine, entretenimiento, humor desenfadado y acción, insuperable; y El Caballero Oscuro (Christopher Nolan, 2008), la película más redonda del cine basado en cómics, un thriller oscuro y denso, con un reparto enorme y unas actuaciones soberbias, la mejor de la trilogía del director de Memento en su acercamiento al héroe de Gotham.
Las de debajo de la lista se reparten en productos relacionados con las dos grandes editoriales también. Green Lantern (Martin Campbell, 2011) pasó sin pena ni gloria —más bien con algo de pena— a pesar de contar con Mark Strong, Tim Robbins o Peter Sarsgaard en el reparto —también tenían a Ryan Reynolds en uno de sus roles menos inspirados—; Roger Corman produjo en 1994 una película de Los Cuatro Fantásticos que tiene el honor de haber sido enterrada por la editorial, la hicieron únicamente para mantener los derechos —las siguientes películas de la Primera Familia de Marvel tampoco fueron muy allá y la nueva versión apunta malas maneras…—; Elektra (Rob S. Bowman, 2005), con esta película intentaron, sin éxito, aprovechar el tirón de Daredevil (Mark Steven Johnson, 2003) y ni si quiera lo consiguieron con Jennifer Garner sais en mano vistiendo el atuendo rojizo de la famosa asesina, Serie B camuflada de Serie A; por último cabe citar aquí Batman Forever (1995) y Batman y Robin (1997), las dos dirigidas por Joel Schumacher que enterraron todos los logros de Tim Burton en las anteriores entregas de las peripecias del Hombre Murciélago, volviendo a lo campy y a lo pop de la serie protagonizada por Adam West de los sesenta.



¿Podrán los superhéroes salvar el cine? Sólo el tiempo lo dirá. ¿Tan sólo las películas se basan en cómics de superhéroes? Ni mucho menos, los estudios alargan sus redes a todo lo que tenga viñetas y ahí están como ejemplos de ello 30 días de oscuridad —basado en unos cómics de IDW—, Sin City —cómics originales de Dark Horse— o Los Pitufos —creados en las viñetas de Johan y Pirluit por Peyo, que después dieron el salto a su propia cabecera. Y luego está un nuevo fenómeno que tiene que ver con la nueva edad de oro de la televisión y el acercamiento de las grandes editoriales. The Walking Dead triunfa en AMC; Agentes de S.H.I.E.L.D. ha sobrevivido a una temporada irregular en ABC; Arrow arrastra seguidores y seguidores a Starling City en The CW —y no sólo por los abdominales de Stephen Amell aka Oliver Queen aka Arrow, sino también por las referencias a los personajes de DC y por las tramas—, algo que intentarán conseguir también para las serie de The Flash o Gotham, y desde Marvel anunciaron series de Luke Cage, Daredevil, Jessica Jones y Los Defensores para la próxima temporada, en Netflix, por citar tan sólo algunas… aunque esa ya es otra historia no deja de ser otro síntoma más de que el cómic se ha normalizado. El cine ha encontrado un buen aliado en el cómic; y el cómic, en el cine.
Comments 1