Sombras
El prólogo ya parece que nos da una pista. Hacen falta cinco lacayos para invocar al demonio de las profundidades. La realización se detiene en planos detalle de los ojos, quizá recalcando la importancia de las marcas que tienen las víctimas. La protagonista juega al despiste con su parche.
Luego la trama se desarrolla en tres instancias. Por una parte, Alma sigue tratando de descubrir quién era y qué relación tenía con su amiga y con su hermana. Todo parece confirmar que el fantasma que la ronda es la hermana desaparecida y que tiene capacidad para hablar con ella. No obstante, el final es ambiguo: parece que el fantasma la ataca.
Por otro lado, la trama de Tom sirve de puente entre la de Alma y la de Roque, que definitivamente parece ser uno de los esbirros confirmados. Así al menos figura en el cuaderno de Nico, que se muestra un instante en plano detalle. Su aura misteriosa sigue sembrando intriga, aunque se la ve hablando abiertamente con el fantasma de Clara, por lo que sigue jugando en la ambigüedad.
Por último, la trama de Bruno y los hermanos es la más fantasiosa. No solo lo rescatan de las cuevas en off, sino que además reciben la visita de sombras demoníacas que terminan poseyendo al abuelo sin mucha motivación aparente.
La serie gana enteros cuando se aleja de la representación explícita de lo sobrenatural con ese CGI entre penumbras. La trama de Alma en su investigación es lo mejor del capítulo, y la escena del teléfono de juguete resulta de lo más terrorífica. De hecho, parece mucho mejor construida y con más sentido que las escenas con monstruo en la casa de la montaña.
Me da la impresión de que la producción se resiste a dar mayor importancia a uno de ellos sobre los demás, y eso creo que termina desconcertando.