Vengeance Is My Name
Miu pasa a trabajar como prostituta, pero no llega a ejercer, pues se escapa antes. En su huída mata a tijeretazos, y con la colaboración del resto de prostitutas, al único vigilante que está con ellas. Se refugia en un restaurante chino al que llega de pronto una embarazada que da a luz allí mismo a un niño muerto. Miu le insufla vida. Tras ello, vuelve a la casa de la que había sido su propietaria y le prende fuego a todo.
De nuevo, narración visualmente muy llamativa, muy lenta, muy parsimoniosa donde el director se impone a la propia narración. Las cuestiones sacadas de la manga, como la parturienta instrumental, me enervan un poco, pero quizá este vaya a ser el estilo de toda la ficción. Quién sabe.