El pasado miércoles vivimos un cúmulo de noticias cinematográficas de esas de mes de diciembre. Por un lado, después de la desaparición de seriespepito y de la castración química de series.ly, la famosa web de descargas The Pirate Bay se caía por acción policial. Por otro lado, se hacía público el dato que confirmaba que 2014 había sido el MEJOR año para la taquilla del cine español gracias a los 8 apellidos vascos —descontando los ingresos sólo de esta película habría sido el PEOR año para la taquilla del cine español—. Sin embargo, de todas las noticias cinéfilas la que más me conmocionaba era la supuesta retirada del cine del veterano Jack Nicholson, por una presunta enfermedad que, según se rumorea, lo mantiene enclaustrado en su humilde mansión californiana.
Y me da lástima, oye. Vale que supere con creces la edad de jubilación y que el hombre vaya a tener un más que holgado retiro. Me da lástima por lo puñetero de la salud, y porque es uno de esos actores míticos e irrepetibles. De esos que parecen estar por encima de las épocas o las modas. ¿No me creen? Nicholson tiene en su haber más de sesenta películas y diversas actuaciones televisivas; lleva en activo desde mediados de los cincuenta y colecciona tres Oscar, uno en los 70, otro en los 80 y otro en los 90. Ningún otro actor tiene este palmarés.
Así la cosa, con la lagrimilla, me dio por revivir alguno de sus clásicos. De estas tonterías de miércoles por la tarde en la que decides aprovechar la hora del almuerzo y la siesta canónica de nuestro horario antieuropeo y cambiar Amar es para siempre por alguna película de probada calidad. Revisé su filmografía en IMDB y determiné que la mejor opción para ver con nostalgia era Alguien voló sobre el nido del cuco, de 1975. No crean que es una elección descabellada. Se trata de una de las mejores películas de todos los tiempos, oigan. Además del Óscar de Nicholson, el Cuco se llevó los otros cuatro más importantes: guión, película, director y actriz —sólo hay otros dos filmes en la Historia del Cine que hayan logrado los cinco gordos, Sucedió una noche y El Silencio de los Corderos—; y además figura en el puesto decimosexto de las 250 mejores películas de todos los tiempos votadas por los usuarios de IMDB —por detrás de Interstellar, que ya es la número quince—. Definitivamente, es siempre una buena elección.
Por supuesto, voy decididamente a ver Alguien voló sobre el nido del cuco siguiendo los cauces legales y dispuesto a pagar, fíjense, los tres o cuatro euros que calculo debería costar un alquiler a estas altura de siglo. No quiero comprar la película, que es más caro y además ocupa espacio y coge polvo hasta la llegada del nuevo soporte de moda; no quiero salir de casa ni tampoco esperar que los drones de Amazon me la traigan por la ventana. Me apetece ver Alguien voló sobre el nido del cuco ahora, en casa y pagando lo que cobrarían en cualquier videoclub —si siguieran existiendo— por una copia en HD.
Voy raudo a la primera opción legal que se me ocurre: Filmin, conocido videoclub online patrio que tiene un catálogo de más cinco mil títulos entre los que no está, descubro horrorizado, la película que quiero ver. De hecho, de las sesenta películas del actor apenas tienen una decena, y ni siquiera las mejor valoradas. Rabo entre piernas me voy corriendo al otro videoclub online de moda en nuestras tierras: Wuaki.tv, que me promete en su web encontrar «desde los grandes éxitos de Hollywood hasta las mejores producciones nacionales así como estrenos y grandes clásicos del cine». A priori parece el lugar adecuado, ¿no? Pues no. Tienen un par de pelis más de Jack Nicholson que Filmin, pero no la quintaoscarizada que ando buscando. Cachislamar.
Deambulo desorientado por la red de Yomvi a Filmotech pasando por Nubeox y Cineclick con peores resultados. Nada. La única opción que me queda es ponerme unos pantalones, coger el paraguas y acercarme al Corte Inglés con la esperanza de que la tengan, aunque sea en DVD. Más esfuerzo, más tiempo y probablemente mayor coste por algo en peor calidad que tendré que dejar para otro día, claro. ¡Si es una joya del cine! Seguro que en alguna biblioteca del centro disponen de una copia para préstamo. Porque ese tipo de préstamo sí es legal, ¿no? Ya que voy a tener que hacer el esfuerzo, lo mismo me da ir a una tienda que a una biblioteca. Igual que si se la pido a algún amigo cercano. O tal vez queda la opción casual de que la estén echando en la tele, di tú, un canaltcm de estos que emiten pelis buenas. Quién sabe. Todo es posible. Incluso descargarla por cualquiera de los cientos de opciones que siguen existiendo en la red además de The Pirate Bay. Ya saben: el mercado negro de los juegos, la música, el porno y las joyas cinematográficas de los setenta, esquivando a la temible e inquisidora Sección Segunda. ¿Me atreveré? Bah, demasiado lío para una peli; demasiado pagar para consumir cultura, que además fijo que tiene un IVA por las nubes. Mejor me quedo viendo tetas y culos en nuestra tele nacional. Total, cine… ¿para qué?
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