A lo mejor no lo han notado todavía. Quizá no se hayan enterado. Si no lo saben se lo comento: mañana se estrena jOBS, el biopic del fundador de Apple. Si viven en una ciudad más o menos como debe ser quizá todavía tengan oportunidad de ver en sala el Renoir con guión y dirección de Gilles Bourdos, sobre los últimos días del famoso pintor —y la juventud y amores de su hijo, el afamado cineasta—. Si no, lo mismo no ha llegado a sus puertas, ventanas y pantallas. No se preocupen: si les gustan los biopics parece que están de enhorabuena: la cosa se ha puesto de moda y están que no paran tanto en cine como en TV.
Ya. Sí. He dicho TV. Probablemente al leer biopic y TV hayan levantado una ceja acordándose de Lola, Carmina y esas cosas tan «dignas» que hacemos en España. No. Verán. Por si no lo han imaginado después de leer el Bob Dylan que me marqué el otro día, las cosas han cambiado y ahora la tele de toda la vida se toma muy en serio. ¿Cómo si no se explica el caso del biopic sobre el productor musical —y homicida— Phil Spector? No sé a ustedes, pero a mí no me parece ninguna tontería un telefilm con oscarizados de la talla de Al Pacino, Helen Mirren y guión de David Mamet. Tampoco es tontería una pieza protagonizada por Helena Bonham Carter, aunque sea sobre los amoríos de Elizabeth Taylor.
El biopic está de moda. Ya se ha estrenado por ahí —aquí probablemente no llegue nunca— el correspondiente a la malograda Linda Lovelace, protagonista de la película porno más famosa de todos los tiempos, que tiene en cartel a la versátil Amanda Seyfried —y a Sharon Stone haciendo un papelón, ojito—, y en diez días ve la luz en Canal + el dedicado a Wladziu Valentino Liberace con Michael Douglas y Matt Damon bajo dirección de Steven Soderbergh (Traffic): Behind the Candelabra. En septiembre veremos a Naomi Watts convertida en la princesa Diana, aunque debo confesar que me atrae más el otro estreno biográfico del mes: el que retrata la rivalidad entre los pilotos Niki Lauda y James Hunt con guión de Peter Morgan (The Queen, Frost/Nixon, El último rey de Escocia) y dirección de Ron Howard, Rush, —con Natalie Dormer, conocida por los fans de Juego de Tronos—:
Octubre tampoco pinta mal para los amantes del biopic. Benedict Cumberbatch, conocido como el nuevo Sherlock, se pone en la piel de otro sujeto también conocido por todos: Julian Assange el fundador de Wikileaks, en The Fifth Estate; y eso después de hacer de Sauron y de seguir con la serie que lo ha lanzado al conocimiento público.
Para el 2014 la cosa no cesa. Ya está casi preparada la versión Nicole Kidman de Grace Kelly —polémica desde su misma gestación—; la mil veces realizada reconstrucción del asesinato de JFK, así como un film sobre Vivaldi que desde ya apunta un perfil muy bajito. Hay proyectos para llevar a la gran pantalla la vida de Pelé, e incluso la de Hillary Clinton, quién sabe si con episodio Lewinsky… bueno, a qué engañarnos: el episodio Lewinsky tiene que estar sí o sí.
Sin embargo, debo confesar que el biopic que más divertido se me antoja de los que están por venir no es ninguno de éstos. Solo mirando el trailer de esta película —que ya han «filtrado»— se antoja exagerada, tendenciosa e incluso puede que vejatoria en todos los sentidos —dará mucho material para este blog— pero está protagonizado por Gérard Depardieu y parece que encarnando a Dominique Strauss-Kahn se lo ha pasado bastante bien en el rodaje de Welcome to New York:
Así que ya ven. Los amantes del biopic pueden estar tranquilos. Eso sí, que no aspiren a más que lo que ven. Atrás quedaron las obras sobre Lawrence de Arabia, Nelson Mandela o Gandhi. Ahora lo que vende son los deportistas accidentados, los políticos corruptos, los piratas informáticos, las princesas trágicamente fallecidas y, por supuesto, las actrices porno caídas en desgracia.