Los herederos del Dragón
Comienza la precuela de Juego de Tronos ubicándonos, mediante rótulos, más de cien años antes de los sucesos de Daenerys Targaryen y compañía. Un prólogo breve nos introduce lo fundamental: la casa reinante Targaryen tiene un previo conflicto sucesorio que el monarca soluciona de forma más o menos democrática delegando la decisión a una votación por consejo. El resultado impone la legitimidad del varón sobre la mujer.
Pasan años y la historia se repite. El rey Viserys Targaryen no tiene hijos varones, solo una muchacha llamada Rhaenyra. El que está llamado a sucederle es, de momento, su hermano Daemon. El caso es que su esposa está a punto de dar a luz, y probablemente sea hombre, lo que desplazaría a Daemon del trono.
Daemon es presentado como un hombre violento, pendenciero y putero, si bien se ofrece cierta mirada tamizada de su realidad. Bajo su capa de villano parece ser alguien con trasfondo, y quizá se vea a lo largo de los capítulos.
Cuando la esposa y el hijo de Viserys mueren en el parto, Daemon lo celebra. Esto provoca la ira del rey, que toma una decisión drástica: destierra a su hermano y nombra heredera a Rhaenyra, pese a no tener edad ni estar preparada para ello. El rey confía en tener tiempo por delante para educarla, pero todo parece sugerir que no va a ser así: han dedicado tiempo a mostrarnos una herida infectada en la espalda del rey, y en la propia discusión con su hermano se corta accidentalmente con el Trono de Hierro. Todo muy enfático.
La producción insiste en mostrarnos los dragones digitales, el vuelo, las llamas… como si se tratase de un aliciente. Realmente el interés debería estar más en la historia que en el CGI (bastante deficiente para mi gusto). En el piloto de su antecesora no había dragones y lo cierto es que no le fue del todo mal. También hay un par de secuencias de burdel e instantes gore en la justa medieval, imagino que con la misma finalidad.
Lo más interesante de este piloto es, sin duda, el personaje de Alicent Hightower. Se trata de la amiga íntima de Rhaenyra, por quien se sugiere que siente mucho afecto. Su padre la manda a consolar al rey cuando muere su esposa y su hijo, y ella va obediente, pero sabiendo perfectamente lo que está haciendo. Ojalá la producción le dé el protagonismo que merece, pues, de todos, es el único personaje que realmente resulta tridimensional.