Vi los primeros episodios de Vikingos cuando empezaron a emitirlos en TNT, y la verdad es que me dejaron un poco frío. Luego la cosa ha ido mejorando. De hecho, la segunda temporada promete más que la primera. Pero vayamos por partes.
«Un querer y no poder», pensé cuando vi los primeros episodios ante la falta de producción: escenarios únicos, efectos evidentes, factura «de telefilm»… y una trama un tanto predecible: el rebelde que desafía a la autoridad y se sale con la suya… Al ver que Antena 3 hacía el esfuerzo, decidí revisar el resto de la temporada y, a lo largo de los episodios subsiguientes, mi sensación inicial se fue confirmando. No solo era predecible, sino que además había algo que me pinchaba tras la nuca, y no era precisamente la carencia de raccord —ese vikingo que después de semanas navegando conserva las heridas abiertas, las manchas de sangre intactas, la cabeza perfectamente afeitada…—, no. Era algo menos perdonable: el prota me caía mal.
No voy a entrar a valorar la belleza de Travis Fimmel, ex modelo de Calvin Klein, que es mucha y bien amortizada. No es eso lo que molesta —aunque creo que se han pasado con eso de iluminarle digitalmente los ojos para que parezcan más azules de lo que son—. Me molesta su actitud. Vale que se trate de un personaje chulesco, prepotente y rebelde como él solo: su sonrisita queda bien en el primer episodio, y ya. No puede ser, Ragnar Lothbrok, que a todo respondas con sonrisita: que te quitan tus tesoros, sonrisita; que intentan violar a tu mujer, sonrisita; que matan a tus soldados, sonrisita; que arrasan tu finca y destruyen tu casa, sonrisita… ¿Cómo? Después de tanta sonrisita, cuando al final llora parece muy forzado.
A lo largo de la primera temporada me ha dado la impresión de que estaba ante otro personaje tipo DaVinci al que todo le sale bien. Y no he ido desencaminado. Casi he terminado de ver la temporada más por las tramas de los secundarios que son, sin duda, de mayor potencial: el hermano envidioso; el jarl que ve peligrar su autoridad; la esposa que pugna entre ser guerrera y ser madre; el cura cristiano que descubre un nuevo mundo de dioses nórdicos… incluso el hijo, que es testigo [ojo, viene un miniespoiler en cursiva]…
[SPOILER] …de las infidelidades de su padre —aunque fueran históricamente aceptables en aquella sociedad, por lo que no se justifica que cuando se entera de su futura paternidad no suelte su habitual sonrisita—.[FIN DEL SPOILER]
Con todo, sin embargo, no puedo dejar de reconocer que la serie tiene sus logros. El primero es la exactitud histórica —no en vano cuenta con el respaldo de History Channel— y la intencionalidad pedagógica de cada capítulo. El interés por mostrar las costumbres y tradiciones nórdicas enriquecen cada episodio, sobre todo cuando se sabe que se trata de un personaje real sobre una base antropológica —y no los delirios fantasiosos del escritor de turno—. En segundo lugar, encuentro muy interesante el conflicto derivado del diálogo entre religiones: la idea del sacrificio como redención en ambas, la imagen de los dioses, la promesa del Valhalla… Igualmente, la organización semidemocrática, la equiparación femenina y masculina, la liberalización sexual… me parecen que son aciertos que no se suelen ver en otras ficciones del mismo corte que, a pesar de jugar en mundos mágicos y religiones alternativas, siguen presentando sociedades y culturas donde impera la misma moral católica de toda la vida.
Parece que Vikingos ha abierto una vereda poco explorada en su vertiente real. Además de la siguiente temporada de la serie, ya confirmada y en producción para el año que viene —los cliffhangers de esta son lo mejor de toda la temporada, de hecho—, se menciona por los mentideros que Leonardo DiCaprio está detrás del proyecto King Harald, biopic de Harald Hardrada, conocido como el último rey vikingo. No sabemos si veremos al actor dando vida al protagonista, pero espero que, en todo caso, no base toda su interpretación en la dichosa sonrisita de guaperas de ojos azules.
Si ya has visto la primera temporada, no te pierdas el adelanto de la segunda [Spoiler]:
voy a diferir contigo, de hecho a mi me intrigo esa sonrisa, no se si es obra de la casualidad o el producto de la planeacion y de una buena actuacion. no lo se no creo estar capacitado para decirlo, pero esa sonrisa que no es sonrisa, tensa. a mi lo que me traido a la mente es al lenguaje de sumision de un perro al que ni loco le acercaria la mano por ser falso y lleno de tension, o un lobo desafiante que no desafiara hoy pero tal vez mañana, en fin me intrigo esa sonrisa rapida, llena de tension.