


En la tercera entrega de la saga de Indiana Jones, el héroe rechaza la llamada a la aventura al menos tres veces. Cuando recibe el misterioso paquete que contiene el diario de su padre con los secretos de su investigación, él ni siquiera se molesta en abrir el sobre; cuando el millonario Donovan le presenta, copa de Möet por medio, los vestigios hallados que prueban la existencia del Santo Grial y las sobrenaturales bondades que se le atribuyen a la reliquia, él les resta valor tachando las pruebas de indeterminadas y la historia de «cuento para niños». Ni siquiera accede a embarcarse en lo que parece un insigne proyecto arqueológico cuando le explican que el experto que lo estaba dirigiendo se encuentra en paradero desconocido. Nada parece interesar lo suficiente al profesor como para abandonar la cotidianidad de sus lecciones en la Universidad. Solo cuando agarra su sombrero ya con la intención de marcharse del apartamento del millonario éste le espeta un argumento que le hace cambiar de opinión y lanzarse de lleno a la aventura: el hombre que ha desaparecido es su propio padre. El reboot de la franquicia de Tomb Raider presenta no pocas similitudes con el ya clásico de Spielberg.
Deliberadamente alejada de la versión protagonizada por Angelina Jolie este nuevo comienzo apuesta por apoyar todo el peso sobre el talento de Alicia Vikander
Lara Croft es una joven que malvive en el bullicioso centro de Londres. Su principal afición es el boxeo, pero va a tener que renunciar a él al no poder pagar más tiempo la matrícula del gimnasio donde está inscrita. Desesperada por conseguir algo de dinero, trabaja como repartidora y de vez en cuando participa en carreras de bicicletas, lo que le ocasiona problemas con la policía. Lo curioso es que Lara en realidad es la única heredera de una inconmensurable fortuna a la que podría acceder tan solo con aceptar la herencia por escrito. Pero firmar ese papel supondría dar definitivamente por muerto a su padre, que desapareció hace años en el mar de Japón, y ella no está dispuesta. Por eso el hallazgo de un mensaje secreto de su progenitor la anima a seguir sus pasos en la investigación de una antigua leyenda con la esperanza de encontrar al menos las causas de su desaparición.
Deliberadamente alejada de la versión protagonizada por Angelina Jolie hace más de quince años, este nuevo comienzo apuesta por apoyar todo el peso dramático sobre los robustos hombros y el incuestionable talento de Alicia Vikander que, en efecto, cumple con su cometido. Sin embargo, pese a comenzar con una premisa potente, la historia se va desinflando conforme avanza el metraje, perdiéndose en la espectacularidad de las persecuciones, las deudas visuales con el videojuego, un macguffin de buena intención pero flojo resultado y unos villanos maniqueos de ocurrencia sobrevenida y alevosía injustificada.