En toda la saga de Juego de Tronos hay una conclusión evidente que se repite y se muestra una y otra vez. A ver si la adivinan.
Daenerys Targarien irrumpió en la tribu como un elefante en una cacharrería. Después de las suspicacias iniciales, supo ganarse el corazón del khal merendándose el de su caballo. No tardó en mostrar su falta de escrúpulos sentenciando a su propio hermano a morir bajo una corona de oro fundido. Y eso a Drogo le llegó a lo más profundo. Se enamoró como un adolescente. La llamaba «mi luna y mis estrellas» y bebía los vientos por ella. Una noche, en la intimidad del lecho conyugal, le pidió que conquistara los Siete Reinos, y el muy idiota lo intentó. Como consecuencia, una mujer malvada lo embrujó y el pobre se quedó tonto. ¿Qué les parece? Esperen, no opinen todavía. Recuerden antes a Stannis.
Stannis Baratheon era un hombre acomodado. Vivía lo suficientemente lejos del hermano que odiaba, pero estaba lo suficientemente bien posicionado como consejero para que no le faltara de nada. Tenía su castillo, su familia, y algún que otro amigo fiel con el que salir a pescar los domingos por la tarde. Es cierto que sospecha de la legitimidad de los herederos de su hermano, y chismorrea un poco con el Mano del Rey, pero bueno… al fin y al cabo es su hermano. Cuando la cosa se pone fea corre a su castillo a mirar atardeceres, como si no pasara nada. Hasta que llegó ella.
Melissandre entra en la vida de Stannis para ponerlo todo patas arriba. Aparece como una femme fatale de lo más intrigante: atractiva, misteriosa, mágica… Se dice profetisa y adivinadora del porvenir y eso al él le hace perder la cabeza. Olvida a su mujer, con la que nunca tuvo mucho «fílin», y se lía con la pitosina, que le engendra hijos-humo y cosas parecidas. Ella, en medio de rituales y juegos eróticos le dice que él es un dios renacido y heredero de todo todito. Stannis, que siempre ha envidiado a su hermano, es justo lo que quiere oír. Cuando se plantea el conflicto dinástico él va y se lanza contra su sobrino con todo, perdiendo sus naves y quién sabe si la poca fuerza que le queda. ¿Ven ya a lo que me refiero? Esperen… esperen… Conozcan antes a Jon Snow.
Ygritte aparece en su vida como un torbellino. Es una salvaje de las del otro lado del muro que juega al gato y al ratón con el pequeño Jon. Entre ambos hay tensión sexual desde la primera mirada, hasta que llega el momento en que el chaval se lanza al pilón sin miramientos, ahí, a lo guarro. Desde ese momento la cosa va de mal en peor. Abandona su orden, se pelea con sus amigos, se hace de un bando, luego del otro, luego se quiere ir con ella, luego huye de ella… Pierde el norte, el chaval, con lo bien colocadito que lo dejó su padre. ¿Entienden ya lo que quiero decir? Esperen, que hay más. Conozcan al rey Robert.
Robert Baratheon es un embaucador meloso y zalamero que ha pasado su vida como un señorito. Siempre ha tenido todo lo que ha querido, y siendo rey todavía más. De todos los personajes de la historia da la impresión de que fue el que más y mejor vivió, siempre rodeado de sus vicios y lujos personales.
Se lo comía todo, se lo bebía todo, y no tuvo nunca ningún problema en hacerlo públicamente. Robert Baratheon era un auténtico vividor. Hasta que llegaron ellas.
Sí, ellas. Primero Lyanna, la hermana de su amigo Ned, de la que se enamoró hasta las trancas y por la que conquistó los Siete Reinos —sí, este sí lo hizo—. Y luego Cercei Lannister, su esposa oficial por conveniencia y la que, según se rumorea, terminó por llevarlo a la tumba confabulando contra él. Si esas mujeres no se hubieran cruzado en su vida probablemente Robert nunca hubiera sido rey, pero quizá tampoco le hubiera hecho falta. ¿Ven lo que les digo? Wait, Wait, que todavía hay más.
Y ella es, de nuevo, la reina Cersei. Motivada por un calentón inexplicable, Cersei anda jugando al escondite con su hermano en las torretas de Invernalia, provocando de manera un tanto pueril todo los odios y recelos de la familia Stark. Pero no acaba aquí. Cersei está detrás de la muerte del anterior Mano del Rey, lo que provoca que Ned pase a ser el siguiente Mano del Rey y siguiente víctima de las maquinaciones de la reina incestuosa. Como saben, el pobre, terminará por perder la cabeza.
¿Ven ya lo que les quiero transmitir, la conclusión lógica de todo Juego de Tronos? ¿Cómo? ¿Que las mujeres son la causa de todos los problemas de la saga? ¡Claro que no! La conclusión lógica de toda la saga es, obviamente, que los hombres son idiotas. ♦
todos los hombres son idiotas, menos meñique