Yo sé quién lo hizo
Final de temporada muy en el tono de la serie. Quizá un poco atropellado y ortopédico, pero con sus giros. Mabel y compañía dan con el criminal y deciden plantarle una trampa para que termine confesando. Para ello, involucran a varios vecinos del edificio. Por supuesto, el plan sale bien y, mediante flashbacks, se revela qué sucedió realmente.
Todo correcto y con el tono de humor paródico de la serie. Ahora bien, resulta un poco descorazonador que la resolución se base en información que se le ha ido racaneando a los espectadores a lo largo de toda la temporada. De pronto surgen de la nada personajes y datos que logran que todo encaje, pero de los que no había conocimiento previo. Es decir, la trampa, en realidad, nos la habían puesto a nosotros.
A pesar de esto, no deja de ser una serie muy disfrutable en su tono y con sus pretensiones. Recuerda a los procedimentales televisivos de toda la vida, pero sin tomarse tan en serio. El anticipo de la siguiente temporada resulta interesante y está muy bien presentado, generando nuevas intrigas y con nuevas estrellas invitadas.