


Tras ver una de las películas más laureadas del cine independiente de este año, con una acogida más que considerable en el festival de Toronto, Yo, él y Raquel se presenta como una historia poderosa, pero que no deja de molestarme.
¿Acaso la película tiene una buena historia pero peca de aspectos técnicos? No, de hecho técnicamente está a un nivel fantástico. Aunque hay varios elementos que me incomodan sobremanera. Para empezar, los protagonistas no son llevados al límite y resulta por momentos pretenciosa en las grandes libertades que se toma en los diálogos. Puede que más de uno se piense que no es necesario que los personajes sean llevados al extremo para contar una historia sobre la madurez, pero las motivaciones de los personajes no me terminan de convencer. Vale que hay personajes particulares —y me encanta—, pero es muy extraño que un adolescente dedique más de medio año de su vida renunciando a sus estudios para cuidar a alguien.
Damas y caballeros, esas fueron las primeras impresiones que tuve al ver la película, pero la realidad es bien diferente. Algo me decía «mal, David, mal», así que decidí darle otra oportunidad y verla de nuevo otro día desde otro punto de vista mucho más fresco —hay días en los que uno no está muy fino juzgando lo que consume—. Efectivamente, buena parte de los defectos que subraya sobre el largometraje estaban condicionados por las expectativas que tenía. Así que decidí aceptarla dentro de su propio universo —como debe ser—.
Yo, él y Raquel es, sin duda, una de las películas del año.
Yo, él y Raquel es, sin duda, una de las películas del año. Dentro de su propio universo los personajes sí que son llevados al límite. El hecho de que Greg se vea obligado a hacerse amigo de Raquel, una adolescente con leucemia sí que es un conflicto de primera clase para un joven que no desear interactuar con nadie. Bueno, salvo con su «socio» Earl.
Esta historia presenta personajes carismáticos, complejos y con una función clara, a pesar de lo inertes que pueden parecer algunos de ellos. El arco de transformación de Greg es mucho más rico de lo que pueda parecer a simple vista.
Una vez entiendes el tono se puede ver que el balance entre comedia y drama es muy equilibrado
Aunque la película es la adaptación de un libro, hay mucho amor por el cine. Las películas caseras que hacen Greg y Earl son una forma estupenda para conocer la vertiente creativa de estos personajes. Sin olvidar que algunos de los momentos clave están ligados íntimamente al séptimo arte —como la escena en el hospital—.
Una vez entiendes el tono se puede ver que el balance entre comedia y drama es muy equilibrado, llegando a cotas muy altas. Hay muchos detalles al principio de la película que parecen irrelevantes, pero que al final cobran un sentido y tienen una fuerza que pillará por sorpresa a más de uno. Sin olvidar a unos actores que rayan a un gran nivel.
No parece una historia para ser contada a través de una pantalla de cine, de hecho no lo es
Por último —dentro de los halagos a esta película— quiero destacar la calidad de la traducción. Al principio me chocó que Me, Earl and the dying girl (Yo, Earl y la chica moribunda) fuera traducido como Yo, él y Raquel, pero se puede apreciar que tanto en inglés como en español ¡hay rima! Sin olvidar que no hay posible spoiler en español. Por supuesto, cuando uno ve la película doblada percibe una pérdida considerable de juegos de palabras y los acentos de los personajes no tienen el carisma del original. Sin embargo, la traducción en general tiene un gran nivel.
Eso sí, Yo, él y Raquel no está exenta de defectos. Tiene a un narrador descaradamente manipulador —en el buen sentido de la palabra—, y hay un exceso de la voz superpuesta. ¡No quiero que me lo cuenten, quiero verlo! Por desgracia, este largometraje no parece una historia para ser contada a través de una pantalla de cine, de hecho no lo es. Yo, él y Raquel está basada en la novela del mismo nombre, y el novelista se ha encargado de escribir el guión, su único guión. Sin embargo está muy claro que no ha sabido adaptarse del todo bien al medio audiovisual: exceso de la voz superpuesta, diálogos que no aportan mucho a las imágenes, personajes que expresan buena parte de sus emociones a través de la palabra y no a través de las acciones…
De todos modos, recomiendo la película, sin duda es una de las grandes sorpresas del año. Así que tenéis una buena opción para ir al cine y disfrutar con Greg, Earl y Raquel.